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Práctica basada en la evidencia científica…

PERIODIZACIÓN DEL ENTRENAMIENTO DE RESISTENCIA EN FÚTBOL

Los jugadores de fútbol necesitan un elevado dominio de determinadas habilidades técnico-tácticas, para alcanzar el éxito deportivo. Pero también deben desarrollar un alto nivel de condición física, que les permita llevar a cabo con eficacia esas acciones técnico-tácticas durante los 90 minutos que dura la competición (Turner & Stewart, 2014). Debido a las demandas intermitentes y la duración de la competición, los jugadores han de alcanzar niveles óptimos de resistencia (consumo máximo de oxígeno (VO2max)) (Stolen, Chamari, Castagna, & Wisloff, 2005) que les permita tener una buena capacidad de recuperación entre esfuerzos de alta intensidad. Sin embargo, los entrenadores y preparadores físicos han de preparar también a los jugadores para ser fuertes y potentes, sin perjuicio de limitar esa necesaria capacidad de recuperación. Para alcanzar un elevado rendimiento aeróbico, evitando un posible efecto de interferencia entre las mencionadas cualidades, actualmente son frecuentemente utilizados determinados métodos de entrenamiento como el interval training de elevada intensidad (HIIT), las situaciones reducidas de juego (SSG) o el método de sprint repetidos (RSE) (Campos-Vazquez, 2012),

A pesar de la evidencia científica que existe respecto a la utilidad de dichos métodos, disponemos de poca información respecto a la periodización del entrenamiento de resistencia a lo largo de la temporada. El período competitivo en nuestro deporte puede tener una duración de hasta 10 meses, en los que los jugadores han de mantener un elevado nivel de rendimiento. Durante este período los equipos juegan, al menos, un partido de competición cada 7 días. Con esta elevada densidad competitiva, el período entre partidos de competición utilizado para implementar estrategias de sobrecarga, queda reducido a tan solo 2 días (Figura 1) (Van Winckel et al., 2014), en los que como mucho se suelen realizar 3 sesiones de entrenamiento, dedicadas a la mejora técnico-táctica y condicional (resistencia, fuerza, velocidad…..).

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Figura 1. Fases del microciclo semanal, con una competición cada 7 días (Van Winckel et al., 2014).

¿Cómo utilizar ese reducido volumen de entrenamiento semanal para que los jugadores mantengan sus prestaciones aeróbicas cada jornada durante toda la temporada? ¿Qué estrategias de periodización podemos utilizar para evitar la monotonía sin perjuicio del rendimiento?

Una reciente publicación (Hoffmann, Reed, Leiting, Chiang, & Stone, 2014), que analiza las características de HIIT, SSG y RSA en deportes de equipo, realiza una interesante propuesta de periodización del entrenamiento con estos métodos a lo largo de la temporada. Según los autores, tan solo en el período entre temporadas (off-season), se deben proponer entrenamientos basados en carreras de larga duración (realizadas a bajas intensidades), para intentar alejar estas formas de entrenamiento aeróbico (inespecíficas) de la competición. Posteriormente, y durante el período de pretemporada (pre-season) sería interesante proponer sesiones de HIIT para mejorar la capacidad aeróbica y anaeróbica (Figura 2). Determinadas variables como el volumen, la intensidad o el ratio entre trabajo:descanso,  podrían ser manipuladas durante cada propuesta de HIIT en este período para aumentar la especificidad, acercando las características del entrenamiento a las de la competición. Una vez que los deportistas han desarrollado una buena base aeróbica, se pueden empezar a integrar sesiones RSE (Figura 2), que ayudarán a mejorar la velocidad, la potencia y la resistencia general intermitente de alta intensidad. Por último, las SSG podrían ser utilizadas durante la mayor parte del período competitivo (in-season) (Figura 2) y durante las fases de tapering, para mejorar la condición física de los jugadores y las habilidades técnico-tácticas, reduciendo la fatiga derivada de sesiones de acondicionamiento adicionales.

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Figura 2. Periodización de HIIT, RSE y SSG a lo largo de la temporada.

Desde mi punto de vista, esta propuesta es un muy buen punto de partida que puede ser tomada como referencia general, aunque evidentemente puede ser modificada y adaptada a las necesidades de cada equipo, en función de las características del período competitivo, nivel de condición física de los jugadores, etc. Como se intenta reflejar en la Figura 2, la propuesta no excluye por ejemplo el uso de sesiones de HIIT en la última fase de la temporada competitiva, aunque evidentemente el volumen y densidad de ese tipo de sesiones debería ser menor que durante la pretemporada.

Además existen ciertos matices que se deberían tener en cuenta, como por ejemplo las características de las SSG, pues en función de las variables manipuladas en su diseño (espacio de juego, jugadores participantes, etc.), las demandas físico-fisiológicas pueden variar. De esta forma, se podrían diseñar SSG cuyas características sean más aconsejables para determinados ciclos de la temporada. Por ejemplo, en pretemporada podría ser interesante el trabajo de SSG con un elevado número de jugadores participantes (6-8 por equipo) en espacios de juego medios o reducidos, y con tiempos de trabajo fraccionados que pudieran progresar hasta los 30-40 minutos; mientras que en períodos competitivos o fases de tapering quizá sería más recomendable un menor número de jugadores participantes (3-4 por equipo) en espacios moderadamente amplios, y con un volumen total de entre 15-20 minutos (Clemente, Martins & Mendes, 2014).

En cualquier caso, parece necesaria más investigación sobre los efectos de un entrenamiento periodizado de resistencia lo largo de toda una temporada competitiva. Una valoración periódica de la condición física así como una adecuada monitorización del rendimiento físico podría ayudar a valorar el efecto del entrenamiento aeróbico periodizado durante la temporada.

Referencias:

Campos-Vazquez, M.A. (2012). Consideraciones para la mejora de la resistencia en el fútbol. Apunts. Educación Física y Deportes. Nº 110, 4º trimestre, 45-51.

Clemente, F.M.;  Martins, F.M.L.; & Mendes, R.S. (2014). Periodization Based on Small-Sided Soccer Games: Theoretical Considerations. Strength Cond J, 36(5), 34-43.

Hoffmann, J. J., Jr., Reed, J. P., Leiting, K., Chiang, C. Y., & Stone, M. H. (2014). Repeated sprints, high-intensity interval training, small-sided games: theory and application to field sports. Int J Sports Physiol Perform, 9(2), 352-357.

Stolen, T., Chamari, K., Castagna, C., & Wisloff, U. (2005). Physiology of soccer: an update. Sports Med, 35(6), 501-536.

Turner, A. N., & Stewart, P. F. (2014). Strength and conditioning for soccer players. Strength Cond J, 36(4), 1-13.

Winckel, J. V., Helsen, W., McMillan, K., Fitzpatrick, J., Lowette, E., Woodruff, K., Bradley, P., & Tenney, D. (2014). Fitness management. In J. V. Winckel (Ed.), Fitness in soccer. The science and practical application (pp. 217-252): Moveo Ergo Sum.

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